“ALBA”, la película ecuatoriana que cuenta mucho utilizando el silencio

Quito, 14 de noviembre de 2016
Nota de Prensa No. 057

ALBA, el amanecer silencioso que nos regala Ana Cristina Barragán desde el 28 de octubre en las salas de cine.

Alba es una niña, que intenta sobrevivir a situaciones inesperadas pero cotidianas; un padre ausente, una madre enferma y la presión de sus semejantes crearán en el silencio un refugio, una manera de decidir que sucede dentro de su vida.  Paisajes que enseñan a crecer a una adolescente, entre la simplicidad y el caos del mundo, pequeños objetos acompañan al personaje a desarrollar su complejidad y resistir la locura que significa la vida. Un cambio inesperado, el mudarse con su padre puesto que su madre postrada en un hospital no puede cuidarla más, creará una atmósfera extraña, una relación fuera de lo común.

 Ana Cristina Barragán en su primer largometraje habla de adolescencia, feminidad y las complejas decisiones de una niña, interpretada por Macarena Arias y su padre, Pablo Aguirre. Sin pretender nada más que expresar, la película es un viaje silencioso, lleno de detalles perfectamente acomodados que muestran la impecable dirección actoral, trabajo por el cual la directora ha sido elogiada internacionalmente, el diario El País, ‘Barragán plasma los silencios como una narrativa para mostrar un mundo interior lleno de vida y que trasciende a la relación de padre e hija entre sus dos protagonistas’.

 La fotografía en total sincronía con la luz y el color de la película, mostrada a través de los ojos de Simon Brauer (Ratas, ratones y rateros) guardan una relación estrecha con el silencio y la intención de la directora de retratar personajes y lugares que muestren emociones sin necesidad de gritar. La propuesta de dirección y fotografía hacen que los planos hablen por los protagonistas, mantienen el drama de Alba y consiguen que el desarrollo lento y silencioso de la película conmuevan al espectador.

 El cine ecuatoriano, durante algunos años ha evolucionado tanto en técnica cinematográfica como en desarrollo de ideas, la cotidianidad de las situaciones y la simplicidad de los personajes le dan al audiovisual ecuatoriano una riqueza infinita y satisfactoria.  Alba es una película que muestra esta combinación, nos transporta hacia una realidad que pudo haber ocurrido en nuestras vidas donde la identificación con los personajes es inevitable pues no guardan presunciones solo son.

 El proceso de realización de Alba fue un camino largo; el guion escrito como parte de un proyecto de titulación de Barragán, con múltiples cambios y con varias similitudes a sus propias experiencias. La preproducción un proceso largo y detallado, desde un casting extenso, casi 600 niñas adicionaron para el papel principal, hasta una búsqueda de locaciones perfectas y la producción en colaboración de varias entidades interesadas en el cine como CNCINE, Ibermedia, Graal Films, Leyenda Cine, Ministerio de Cultura del Ecuador, entre otras; también se logró gracias a la cooperación entre Ecuador, México y Grecia. Promocionada en varios países y ganadora de menciones y premios en Holanda, Francia, Perú y España, se entrenó en Ecuador el mes de octubre.

Alba conmueve, llena al espectador de cuestionamientos y desarma concepciones. La película apela mucho a las emociones diarias, sale del marco de lo normal y deja muchos espacios que hacen recapacitar sobre estos sencillos momentos al espectador.

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