Mujeres, madres y artistas ¿Crear y criar?
Quito, 12 de mayo de 2017
Nota de prensa Nro. 015
En tiempos donde se debate la maternidad como una visión única que privilegia un solo aspecto como modelo imperante, las mujeres día a día se esfuerzan por la perfecta compatibilidad entre los espacios laborales y los aspectos maternales.
Las ideas alrededor del tema, están planteadas desde las zonas socialmente liberadas de complejos y taras moralistas, discursos que invitan a hablar de la maternidad como una experiencia satisfactoria, que se traduce como mujeres realizadas que no sostiene el peso silencioso de tener descendencia, a este particular hecho es lo que podríamos llamar como: “Maternidades subversivas” y en ellas se encuentran las mujeres que asumieron, a parte del reto laboral, una actividad creativa, cumplir con esto es una verdadera proeza.
Creativamente ocurre que el hecho de la maternidad invade todos los ámbitos de la vida y se convierte en “El Tema” por excelencia, pero este gran tema por momentos termina siendo reducido a fotografías pastosamente dulces de postales, diseños de afiches para cajas de productos a los que comercialmente les interesa la relación materno-filial, si bien todos los días deberían ser día de la madre – así como dice el manipulado elogio- la sobresaturación de ternura tranquiliza nuestras prisas y angustias cotidianas, y nos hace pensar, como hijos, que hemos regalado a nuestras madres un momento para que se detengan y piensen en sí mismas.
La exploración artística de este espacio maternal no difiere tanto de los otros, ya que usualmente nos encontramos con situaciones en las que una mujer, dedicada a cualquier actividad profesional, se explaya respecto de su ser maternal, traspasando la intimidad doméstica y acercando la figura del relato compartido a una experiencia de desahogo. Entonces, así como esa mujer se explaya en la oficina respecto de su ser maternal, Frida Kahlo se pinta ensangrentada en la cama del Hospital Henry Ford de Detroit, donde perdió uno de sus embarazos. Ambas fueron madres, pero Frida tenía un medio de expresión entre sus manos que hizo que su opinión acerca de la maternidad se popularice y en muchos casos enriquezca la idea con sus aportes.
Usemos otro ejemplo, Susan Sontag, mujer de vigorosa inteligencia, ensayista, novelista, amante de las listas y madre, como se define a sí misma; en su trabajo “Renacida, diarios tempranos 1947-1964”, elabora una interesante lista sobre algunos aspectos relacionados con la crianza de su hijo, y nos dice (…)” ser coherente, no hablar de él a los demás (por ejemplo, contar cosas graciosas) en su presencia. (No cohibirlo), no elogiarlo por algo que yo no siempre reconocería como bueno, no amonestarlo duramente por algo que se le ha permitido hacer, no permitirle que me monopolice cuando estoy con otras personas o no desalentar sus fantasías pueriles». Con estas recomendaciones y por muchas reflexiones que ella hizo sobre el tema, no es desatinado pensar que al igual que muchas mujeres, Sontag, también hizo de la maternidad su mejor obra.
Citar ejemplos que identifiquen a mujeres satisfechas con su maternidad es tarea inacabable, que probablemente solo nos deje como lección, que debatir entre la catástrofe y éxito de esta decisión es el análisis de lo imposible.
Finalmente el verdadero reto no consiste en ser madre entre pinceles y demás instrumentos creativos, el reto de las mujeres capaces de hacer una carrera como artistas y ser madres es abandonar las respuestas y explicaciones de las preguntas incomodas, debemos dejar de pensar que para formar parte del mainstream del arte contemporáneo, una mujer tiene que dejar de hablar de ciertos temas o dejar de insistir en otros, es decir dejar de auto-censurarse, como mecanismo de aceptación, es el momento propicio para declarar abiertamente que se quiere tener hijos, y también dedicarse al arte, es momento de juntar ambos roles y convertirlos en simples.
Etiquetas: #DíadelaMadre #IEPIaporta
Enlaces relacionados:
Sophía Yánez, una mirada intimista a la poesía de autor