Ecuador, la tierra del cacao

La semana del 21 al 25 de abril en Vinces, Montecristi, Quito y Guayaquil se lleva a cabo la presentación de los sellos de Denominación de Origen PROTEGIDO ECUADOR, CACAO ARRIBA y MONTECRISTI. La presente crónica pretende contar una parte de la historia de uno de esos dos productos: el Cacao Arriba.

 

La semana del 21 al 25 de abril se realizará en Vinces, Montecristi, Quito y Guayaquil actos muy importantes para el país como la presentación de los sellos de Denominación de Origen PROTEGIDO ECUADOR, CACAO ARRIBA y MONTECRISTI. No será un hecho menor, ya que las denominaciones de origen son una indicación geográfica que se aplica a un producto, certificando su calidad debido a sus características de origen, transformación y elaboración, únicas e irrepetibles.

El objetivo de esta presentación es que el mundo conozca la importancia del Cacao Arriba y el Sombrero de Montecristi. Dos productos que no solo son relevantes por su sabor o presentación, sino que involucran el trabajo asociativo de toda una región, su idiosincrasia y su cultura. Pero ¿cuánto sabemos los ecuatorianos sobre la historia de estos dos productos emblemáticos?

La presente crónica pretende contar una parte de la historia de uno de esos dos productos: el Cacao Arriba. La mayor parte de esta información ha sido sustraída de la página web www.elgrancacao.ec, un proyecto audiovisual realizado por el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual, protegido con derechos CreativeCommons.

El cacao es ecuatoriano

Hace 5500 años habitaron al sur de la Amazonía ecuatoriana, más precisamente en lo que hoy es la provincia de Zamora Chinchipe, los Palanda, una comunidad que se organizaba en aldeas de casas circulares. Ellos pertenecían a la cultura Mayo-Chinchipe, que se sostenían básicamente por la agricultura.

En el año 2002 se realizaron algunas investigaciones y excavaciones, encabezadas por el arqueólogo Francisco Valdez, en las que se encontraron, en las tumbas de los Palanda, algunas ofrendas que contenían restos de alimentos. Gracias a varias pruebas químicas realizadas con carbono 14 (elemento que se emplea en la datación de especímenes orgánicos), se pudo determinar la presencia de restos de theobroma o cacao, en muchas de sus vasijas. Según Valdez, esta era una “bebida energizante que era enviada al más allá con los muertos”.

Este descubrimiento, entre otras particularidades, permitió afirmar que en esta zona geográfica se había domesticado el cacao 2000 años antes que en Centro América. La variedad cultivada por los Palanda fue justamente la que caracteriza al país, el cacao fino de aroma. El templo de Santa Ana de la Florida permitió al Ecuador solicitar el título de origen del cacao. Así mismo, derribó el mito de que en la Amazonia solo existían civilizaciones bárbaras y no civilizaciones organizadas.

En esta zona, además, se encontró restos de conchas marinas strombus y espondilus. Esto demostró el nivel de comercio alcanzado por estas culturas, las cuales trasladaron con seguridad a zonas costeras el cacao.

Comercialización y denominación fortuita de origen

Gracias a la popularización de la bebida el xcoatl (de donde proviene el nombre de chocolate) que realizaban las culturas mexicanas, misma que fue ofrecida a los colonizadores españoles, pronto se generó una gran demanda del fruto. Lamentablemente para el país, a mediados del siglo XVI, la explotación del cacao solo se podía realizar bajo Cédula Real concedida por España, la misma que fue otorgada a México y Venezuela, entre otros, pero no a Ecuador.

Sin embargo, varios empresarios guayaquileños hicieron caso omiso de las advertencias y decidieron plantar y comerciar la planta a pesar de su prohibición. El cacao ecuatoriano fue distribuido durante esta época de manera ilegal, pero al llegar a diversos puertos del mundo, al ser nombrada su procedencia, se pagaba mucho más. El resto de países productores levantaron varias protestas por estos actos, pero finalmente el producto ecuatoriano lograría la Cédula Real hacia finales del siglo XVIII.

Las plantaciones de cacao se extendieron durante estos periodos a orillas de los ríos Guayas, Daule y Babahoyo. Para ingresar a ellas se debía ir rio arriba. Cuando la gente preguntaba de dónde provenía el cacao, la respuesta era “de arriba”. Y es justamente esa pequeña anécdota la que da nombre a nuestro cacao de aroma frutal.

Independencia y boom cacaotero

La lucha independentista tendría sus frutos en 1830. De hecho, muchas de las haciendas cacaoteras destinaban varias de sus ganancias para impulsar la emancipación del país y su posterior fortalecimiento. Estos grandes latifundios fueron denominados Grandes Cacao y aportaron, antes que el banano, hasta el 60 por ciento de las exportaciones. El pago de impuestos estaba por encima de ese porcentaje.

A finales del siglo XIX Ecuador se convirtió en el mayor exportador de cacao. Desde el puerto de Guayaquil se exportó al mundo la producción de tres provincias: Guayas, Los Ríos y El Oro.  Más de un millón de quintales cruzaron el océano hasta llegar, sobre todo, a Europa. Las bases del país se fortalecieron gracias al gran trabajo de las manos de los productores de cacao, quienes lo convirtieron en el motor de la economía nacional.

La historia del Cacao en el Ecuador es extensa. De hecho, los primeros años del siglo XX fueron trágicos debido a la aparición de varias plagas que detuvieron el auge cacaotero. Pero estos hechos no lograron frenar la producción del cacao más fino del mundo. En una próxima crónica, ANEPI continuará el relato de la gran historia del cacao.

Link de audio de la nota: https://soundcloud.com/iepi_ecuador/sello-de-denominacion-de-origen-en-vinces


 

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