Javier Carrera: Para proteger el conocimiento hay que hacerlo público
El permacultor Javier Carrera, en calidad de coordinador de la Red Guardianes de Semillas, brindó su testimonio sobre algunos aspectos que esta organización considera en su línea de trabajo. La Red Guardianes de Semillas es una organización que empezó a funcionar en el año 2002, fue fundada por Javier Carrera y actualmente se extiende por algunas provincias del territorio nacional.
Sobre el impacto que a nivel social ha generado la red, Carrera comenta: “Tenemos conocimiento de que, actualmente, ya hay alrededor de 3000 usuarios en el país que se benefician de las semillas que ofrece la red. Así mismo, en un momento fuimos consultados por diferentes instancias que incluso planteaban políticas a nivel de Estado, fueron organismos y personas que se acercaron a la red para preguntar sobre temas en relación a las semillas, de manera que participamos hace algunos años en el proceso de la creación popular de la Ley de semillas que creó la COPISA, un organismo del Estado. Ahí participamos generando ideas y, a la par, hemos creado programas de educación, más de 600 talleres, conferencias, charlas, basadas sobre todo en educación agro-ecología y cultivo orgánico, principalmente”.
Carrera añade que a pesar de que es alentador el escenario respecto a las repercusiones de la red en la comunidad, “el principal alcance ha sido juntar y unir a personas que están creando desde la base alternativas de vida para Ecuador. Otro gran logro es haber hecho experimentaciones serias y bien realizadas en temas relacionados a las semillas y al cultivo orgánico, esto se ha esparcido por el país como una de las propuestas más radicales y serias en movimientos ecológicos”.
Para el permacultor, los saberes y técnicas ancestrales de producción de semillas son el centro del trabajo de la red: “lo que la Red de Guardianes de Semillas ha hecho en Ecuador es recoger conocimientos ancestrales, comprenderlos desde el punto de vista de la ecología moderna y proyectarlos en sistemas que funcionen hacia el futuro. Esa es nuestra labor y la base de nuestro trabajo, es por esta razón que en nuestras enseñanzas nosotros enfatizamos que lo que vamos a recolectar es conocimiento abierto y libre para la humanidad”.
Para explicitar la importancia de hacer público el conocimiento, Carrera manifiesta: “En algún momento algunos miembros de la red sugirieron que, tal vez, debíamos ocultar información y no hacerla pública, pero la red en general tomó la posición de que para proteger el conocimiento más bien hay que hacerlo público. Pongo el ejemplo de una planta que hace algún tiempo ya ni se mencionaba en el país, el chigualcán: nosotros reflexionábamos que si llegaba el día en que una empresa extranjera patentara el chigualcán, esto no le importaría a nadie en la medida en que desconoceríamos sobre esta planta, pero si promoviéramos su consumo, la gente empezaría a consumirlo y la reconocería como parte de la identidad ecuatoriana. Entonces, llegada la hipotética noticia de que alguien habría tratado de patentar el chigualcán, lo defenderíamos como nuestro. El objetivo del conocimiento no es que quede oculto sino que se use pero de una manera libre y accesible para la población”.
Siguiendo estas reflexiones, Carrera sostiene que la red coincide con muchos otros movimientos sociales en la convicción de que “las patentes no pueden ser impuestas sobre el conocimiento ancestral ni sobre la vida. Sobre la vida es bastante evidente porque una patente es, en principio, la limitación de un derecho, así que solamente el inventor tiene derecho a usar, comercializar, decidir qué va a hacer con su creación, pero nadie puede jactarse de haber creado una semilla que es parte de la vida natural, de manera que, el momento en que se otorguen patentes sobre la vida –un ser vivo, semillas, plantas– se está limitando su uso, se le está dando a la persona que haya obtenido la patente el derecho de decidir su uso. Algo similar ocurre con el conocimiento tradicional, éste no puede ser patentado ni privatizado porque no es un objeto de museo, estático, sino el patrimonio vivo de un pueblo”.
* La permacultura constituye un sistema proyectado sostenible que integra armónicamente la vivienda y el paisaje, ahorrando materiales y produciendo menos desechos, a la vez que se conservan los recursos naturales (Bill Mollison); es el diseño de hábitats humanos sostenibles y sistemas de agricultura, los cuales imiten las relaciones encontradas en los patrones de la naturaleza.
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