La tensión en la negociación entre los países desarrollados y no desarrollados en relación a la propiedad intelectual

Javier Echaide es miembro comisionado de la Comisión de Auditoría Integral de Tratados de Inversión y del Sistema de Arbitraje (CAITISA) de Argentina. Él hace un análisis de cómo se negocia la propiedad intelectual en organismos como la Organización Mundial del Comercio (OMC) o en tratados bilaterales de inversión y en otros instrumentos internacionales.

El tema de la propiedad intelectual es importante hoy en día porque no solamente es donde se centra la cuestión de la generación del conocimiento, sino también de donde los países desarrollados se agarran para producir mayor cantidad de riquezas.

Hoy en día, en organizaciones como la OMC, o en  tratados bilaterales como son los de Libre Comercio o los de Protección de Inversiones, tratan de asegurar, reservar o garantizar la propiedad intelectual para los países desarrollados. La razón de ello es que principalmente son los que tienen las patentes, los que registran los descubrimientos o las invenciones que realizan y los que tienen -sobre todo- la mayor capacidad de generar esas inversiones.

Estas condiciones, estas reglas de juego lo que hacen hasta el momento es garantizar el statu quo. Los desarrollados se quedan así y los en vías de desarrollo también. Nuestros países van a estar condenados a exportar materias primas sin desarrollarse, sin generar polos de industrialización o de conocimiento o de sofisticación de su propia producción. Y en ese sentido, siempre vamos a estar rezagados recibiendo tecnología atrasada, poco know how, poca distribución del conocimiento a nivel global.

Los países desarrollados necesitan de la riqueza cultural y natural con que han sido beneficiados la mayoría de países en desarrollo. En ese sentido, la propiedad intelectual es estratégica en tanto se puede vincular con montón de temas, no solamente la denominación de los productos, como son las indicaciones geográficas o denominaciones de origen, sino también cuestiones que tienen que ver con la biodiversidad de una zona.

Todo esto está en pugna dentro de lo que es la OMC, en lo que se conoce como la Ronda de Doha o la Ronda para el desarrollo. La Ronda de Doha es históricamente la Ronda más larga en la historia de las negociaciones en el ámbito del libre comercio a nivel global. Arrancó en el 2001 y todavía no ha terminado. ¿Y por qué no ha terminado? Precisamente por el enfrentamiento que hay o la falta de consensos entre las distintas delegaciones de los distintos países, precisamente sobre qué temas hay que profundizar y qué temas hay que tratar de resguardar para la soberanía de los países.

Lo que los países desarrollados negocian y firman con los países en desarrollo, legalmente lo hacen en términos de reciprocidad, pero en los hechos ya existe una ventaja, una brecha entre unos y otros.

La cuestión de la propiedad intelectual está relacionada precisamente a esta brecha. Los países desarrollados son los que tienen las patentes, los que tienen los centros del conocimiento, las empresas para poder invertir sobre esos sectores, y los países en desarrollo son los que tienen conocimientos ancestrales, biodiversidad, recursos naturales en donde se pueden extraer todavía nuevas patentes y nuevas denominaciones.

Ahora, la puja se en que los países en desarrollo, desde hace ya varios años, están tratando de reservarse para sí ciertos cuidados sobre lo que es la biodiversidad, en todos los aspectos que tienen que ver con la propiedad intelectual. En el pasado, cuando se empezaron a negociar este tipo de tratados, los países en desarrollo, quizás por desconocimiento o por entrega, no pensaron que podían llegar a dar tanto de su propio patrimonio soberano. Sobre esta brecha, los países en desarrollo y las comunidades y la ciudadanía de esos países ya están empezando a interiorizarse mucho más y empiezan a tener mejor poder de negociación.

Yo creo que han mejorado las condiciones por distintas cuestiones. Hay factores que se han mejorado desde dentro de las negociaciones y también factores que se han mejorado desde fuera. Desde dentro, los Estados han empezado a tener mayor recelo de su propio conocimiento. En ese sentido están mejorando su posición de negociadores. Ya saben cómo cuidarse, ya saben qué tipo de estrategias los países desarrollados han llevado a cabo, ya saben de qué se trata este tipo de acuerdos, este tipo de organizaciones a nivel internacional y entonces se cuidan mucho más.

Desde fuera, esto también empieza lentamente a ser conocimiento de la ciudadanía en general. La ciudadanía está mucho más alertada, y le interesa. Entonces, todas estas estrategias de libre cambio, de libre flujo de capitales, que han sido garantía para desarrollar a los grandes monopolios empresariales a nivel global, lo que han causado es que las comunidades empiecen a interiorizarse, y eso también conforma un entramado social que es muy distinto a lo de hace 30 o 40 años atrás, en donde la ciudadanía estaba totalmente apartada de estos temas.

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