El Café Brasileño evitaba cuidadosamente toda señal de luto, con su dueño defendiéndose con uñas y dientes de los periodistas. Todo Montevideo sabe que Eduardo Galeano era un asiduo del local, que le gustaba sentarse en una de las mesas cercanas a la ventana y tomarse un café.

“No vamos a decir nada, no vamos a hacer declaraciones. Por respeto a la familia. Era más que un cliente, era nuestro amigo. No vamos a hacer nada ni a decir nada”, repetía el dueño.

Este episodio encarnaba el sentimiento de miles de personas en todo el mundo, ante el fallecimiento del escritor y periodista uruguayo, quien gracias a su libro “Las venas abiertas de América Latina”, escrito en 1971, se convirtió en un referente global de la izquierda.

El literato dejó de existir este lunes en un hospital de la capital uruguaya donde llevaba internado una semana a causa de un cáncer que lo aquejaba desde 2007. Tenía cumplidos los 74 años.

Nacido como Eduardo Hugues Galeano en Montevideo, en 1940, su obra siempre estuvo comprometida con la realidad latinoamericana, tanto en sus raíces como en los mecanismos sociales y políticos.

Tras la llegada al poder de los militares, en 1973 se exilió en Argentina, de donde tuvo que salir amenazado por el Gobierno de Videla. Entonces Galeano viajó a España y hasta 1985 no regresó a Montevideo, donde continuó siendo un referente de la izquierda uruguaya y latinoamericana.

Entre sus obras más conocidas  están “El libro de los abrazos”, “La canción de nosotros”, “Días y noches de amor y de guerra”, “Los nacimientos”, “Las caras y las máscaras” y “El siglo del viento”.

La obra de Eduardo Galeano, traducida a mas de veinte lenguas, es una constante y polémica interpretación de la realidad de América Latina, estimada por muchos como una radiografía del continente.

Así sucede en uno de sus títulos imprescindibles, «Las venas abiertas de América Latina», incisivo análisis de la secular explotación del continente suramericano desde los tiempos de Colón hasta la época contemporánea.

Su trilogía «Memoria del fuego», que combina elementos de la poesía, la historia y el cuento, la conforman «Los nacimientos» (1982), «Las caras y las máscaras» (1984) y «El siglo del viento» (1986), y fue premiada por el Ministerio de Cultura de Uruguay y también con el American Book Award, distinción que otorga la Washington University.

Antes de convertirse en un intelectual destacado de la izquierda latinoamericana, Galeano trabajó como obrero de fábrica, dibujante, pintor, mensajero, mecanógrafo y cajero de banco, entre otros oficios.

“Las venas abiertas de América Latina” se publicó cuando Galeano tenía 31 años y, según reconoció después el escritor, en aquella época no tenía los conocimientos suficientes: “(Las venas abiertas) intentó ser una obra de economía política, solo que yo no tenía la formación necesaria. No me arrepiento de haberlo escrito, pero es una etapa que, para mí, está superada”.

Galeano comenzó su carrera periodística a inicios de 1960 como editor de Marcha, un semanario que tuvo como colaboradores a autores de renombre como Mario Vargas Llosa o Mario Benedetti. También editó durante dos años el diario Época.

Pero también es conocida su pasión por el fútbol, afición que ha reflejado en sus escritos, y en especial en referencia al club decano del fútbol uruguayo, el Nacional. Una pasión que compartía junto a Mario Benedetti.

La última aparición pública de Galeano tuvo lugar a finales de febrero, para recibir al presidente de Bolivia, Evo Morales. El mandatario visitó Montevideo con motivo del cambio de mando entre Mujica y el ahora presidente Tabaré Vázquez.

En las fotos, Galeano aparecía delgado y sonriente, mientras recibía un libro de manos de Morales con los argumentos bolivianos para exigir una salida al mar, que bautizó como el “Libro del Mar Robado”.

Este martes, los restos del literato serán velados en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, la inmensa sala de mármol en la que se celebran los actos más solemnes de la República de Uruguay.

A la espera del homenaje póstumo, el senador José Mujica describió al autor como “un elegido que a lo largo de los últimos 40 años nos dignificó en América Latina”. El ex presidente añadió que Galeano era “un autodidacta que se fue puliendo así mismo y masificó una cultura difícil de encontrar en un universitario”.