Bordados de Zuleta, calidad y tradición desde su origen
Cacao Arriba o el Sombrero de Montecristi, son los productos nacionales que han obtenido el sello de Denominación de origen (D.O.), pero hay otros, como los bordados de Zuleta, que también pueden obtenerlo.
Se entiende por Denominación de Origen a un producto natural o humano, originario de una localidad o región que, por su calidad y características, pertenece de forma exclusiva a ese medio geográfico. En el caso de los bordados de Zuleta, se cumplen todos estos elementos.
Mercedes Naula, bordadora nacida en la localidad, así lo destaca: “… la diferencia está en la calidad del bordado, en el hilo, la tela y en los diseños, que son de hace muchos años…”.
Obtener el distintivo de Denominación de Origen es una garantía no solo para el comprador, sino para las mismas bordadoras. Ximena Pazmiño, directora del proyecto de comercialización de bordados de la fundación Galo Plaza, explica que así “certificaríamos que las bordadoras, que hacen este trabajo a mano, obtengan ese plus de tener un diseño que pueda ser preservado y que evite que sea copiado, por ejemplo.”
Además, el sello D.O. es una manera de garantizar la preservación de un saber ancestral, una tradición, en definitiva, una cultura que forma parte del patrimonio inmaterial de la humanidad. Mercedes, consciente de esta riqueza, afirma que tal como ella aprendió de su madre a bordar, ella se lo transmite a su hija de siete años para que esta tradición no se pierda.
En la actualidad, el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI) estudia otorgar el sello de D.O. a las marcas de bordados de Zuleta que cumplan con los estándares e inicien el trámite correspondiente.