Ecuador con aroma de café

El café ecuatoriano es reconocido a nivel mundial por su alta calidad y sus magníficos sabores. Por esas cosas extrañas de la vida, y por tener a un gigante cafetero como vecino,  los ecuatorianos no disfrutan, como debiera ser, del fruto de su tierra. Sin embargo, varios productores y comerciantes vienen apostando a la producción de café en diversas zonas del Ecuador. Y hoy también se suman instituciones públicas como el Ministerio de Agricultura y Pesca (MAGAP) y el Instituto Ecuatoriano de la Propiedad Intelectual (IEPI), quienes se encuentran evaluando posibles denominaciones de origen (DO), que lo impulsen y le generen un valor agregado.

En esta nueva entrega, ANEPI presenta una crónica sobre el café ecuatoriano. Para poder narrar esta historia, José Nicolás Vélez, dueño de Café Vélez y fanático de la producción cafetera del Ecuador, brinda algunos datos importantes e interesantes que ayudan a arman el rompecabezas del café nacional.

Una de las tierras más versátiles y ricas del Ecuador es la zona de Manabí. De ahí provienen los primeros grandes cultivos de café, que datan de 1860. El grano que se cosecha hasta hoy en Jipijapa tiene una buena calidad. De allí salieron las primeras exportaciones, gracias a pequeñas plantaciones que después generaron un mercado mucho mayor. Loja es otra de las zonas que impulsó la producción nacional. Este boom se dio también debido al reconocimiento otorgado en otros países al cacao ecuatoriano.

A principios de 1900 el puerto de Manta despachaba grandes cantidades de café, sobre todo al mercado europeo. Poco a poco Ecuador se convirtió en uno de los grandes exportadores, logrando enviar casi dos millones de sacos a inicios de la década del noventa. Lamentablemente llegó la crisis del café, fruto de la sobre oferta del producto. Vietnam sobrepasó la producción colombiana y centroamericana, obligando a disminuir los precios.

En el país se volvió insostenible mantener el cultivo por los altos costos que representaba para los productores. José Vélez cuenta que “Ecuador dejó de ser cafetero y quedó, más que nada, la gente que tenía el cultivo por vocación, por devoción o por cultura, pero ya no era gente orientada al negocio del café”. El problema que tuvo el país fue no haber sabido posicionar su producción como marca, lo que sí hizo Colombia en un trabajo de 80 años, permitiéndole sobrevivir a la crisis del café y a otras crisis similares.

El resurgir del aroma ecuatoriano

El nuevo siglo trajo consigo tendencias de consumo que favorecieron a ciertas industrias exclusivas. Una de ellas fue la industria cafetera, que se vio impulsada por la aparición de compradores de aromas diferentes y sabores únicos. José Vélez describe a este proceso como un “refinamiento del mercado”, que descubrió que se estaba vendiendo café de menor o mejor calidad al mismo precio. Hoy se ha llegado al punto de vender café verde “con el nombre del productor y la finca, a precios incomparables a los de un café de supermercado”.

Debido a esta diversificación del mercado, se descubrió el gran potencial que tiene el suelo ecuatoriano para producir diferentes tipos de cafés, dispuestos a ser comercializados en estos nuevos mercados. Las zonas cafeteras del Ecuador son varias, destacándose Loja, Zamora Chinchipe, Pichincha, Imbabura y Galápagos. Las dos primeras se encuentran en un periodo evaluación por parte del IEPI, para determinar si pueden acceder al listado de DO que tiene el país, reconocimiento que lograrán casi con seguridad entre el 2014 y el 2015.

José Vélez explica que la DO para el café está definida por las características de la región, acompañada por la calidad de la producción, logrando que el consumidor pueda diferenciar que el café de una región tiene un gusto determinado. “El café lojano tiene todo el respaldo para poder ser un producto de altísima calidad, que compita con cualquier café del mundo”.

El experto en café continúa explicando que tanto en Loja como en Zamora Chinchipe, por su altura, tienen condiciones de acidez alta. Sus varietales son casi todos Arábigos, Caturra y Typica, de sabor delicado y muy aromático. Además, desde hace poco tiempo se está estudiando la introducción de nuevos varietales frutales en la zona de Zamora, algunas que ya se vienen produciendo en Pichincha.

El Ecuador se encuentra en un proceso de impulsar y reimpulsar la producción local, no para seguir exportando materia prima, sino para transformarla y dotarla de un valor agregado. Según José Vélez, lo que le espera al sector cafetero es la tecnificación de las haciendas, enriqueciendo “el conocimiento de los productores para un manejo más tecnificado”. Esto ayudará a exportar café de calidad, soportando posibles plagas como la roya, que ataca fuertemente a estas plantaciones.

Enlace para escuchar esta noticia
https://soundcloud.com/iepi_ecuador/ecuador-con-aroma-de-cafe-1


 

  1 comment for “Ecuador con aroma de café

  1. Elizabeth
    5 diciembre, 2017 at 5:25 pm

    y quien es el autor del articulo? anonimo?

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