Entrevista Javier Jiménez: “La propiedad intelectual es una herramienta para potenciar el trabajo del INIAP”

Javier Jiménez es director de transferencia de tecnología del Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (INIAP), departamento encargado del proceso administrativo de solicitud de registros de propiedad intelectual de los resultados obtenidos por las investigaciones realizadas allí. A continuación explica sobre la protección de los resultados de la investigación de instituciones públicas.

¿Qué hace la Dirección de transferencia de tecnología del INIAP?

El Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) está encargado de todo lo referente a generación de alternativas tecnológicas para el sector agrícola, pecuario y forestal del país. Hace una labor intensiva de investigación y desarrollo de alternativas tecnológicas con énfasis en la mejora de la productividad, manejo adecuado de los recursos naturales, fomento de la economía familiar del sector agrícola y agregación de valor y transformación de los productos.

La Dirección de transferencia de tecnología se encarga de conectar este desarrollo con el usuario final. Su labor se articula con el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (MAGAP) para transmitir estas tecnologías y recomendaciones de manejo a sus técnicos, que son los extensionistas, quienes llevan la información a los agricultores. El MAGAP tiene varios programas con los cuales apoya el fomento productivo. La Dirección de transferencia de tecnología ubica en manos de estos extensionistas las tecnologías que el INIAP ha investigado y desarrollado para que ellos a su vez puedan llevarlas a los agricultores.

La Dirección de transferencia se centra en los agentes que van a hacer el fomento productivo a nivel territorial. Eso implica trabajar también con los gobiernos autónomos descentralizados, que tienen esta competencia de reproducción. Así también, con universidades, gremios y asociaciones de agricultores que solicitan al Instituto apoyo o información técnica. Nosotros tratamos de ubicar a las personas que puedan hacer llegar la información y tecnología y masificarla a nivel local.

En resumen, la Dirección se encarga de apoyar en las últimas etapas de investigación en cuanto a validación y luego ponerlas a disposición del usuario final.

¿Cómo funciona el proceso de investigación, protección y transferencia de tecnología?

La investigación siempre nace de una problemática o necesidad. Si tenemos, por ejemplo, una plaga o una reducción en la producción, se identifica cuál es la razón de esta problemática, sea fitosanitaria o productiva, y se plantean alternativas de solución. Normalmente toma varios años de investigación hasta obtener una respuesta que, luego de ser probada y validada en varios ambientes y condiciones, sea una alternativa de solución al problema.

La Dirección de transferencia de tecnología se involucra en este proceso cuando ya hay tecnologías promisorias. Es decir, cuando ya existe una idea o noción de las respuestas o de los materiales promisorios o de cuáles son las alternativas que muy posiblemente sean la solución al problema que se trata. En ese momento la Dirección se activa y empieza a trabajar a nivel territorial con ensayos de validación y pruebas en campo, en parcelas de productores y con asociaciones de agricultores. Así, la investigación logra una estrecha relación con la realidad local del productor.

Es decir, se sacan los resultados de la estación experimental, del laboratorio, para probarlos en campo. Cuando la respuesta es favorable, se sabe que la solución o las tecnologías promisorias en realidad van a lograr el impacto que se espera.

La Dirección de transferencia apoya y se vincula mucho en los procesos de validación con los agricultores. Luego de que se identifican las tecnologías promisorias, se las registra para protegerlas, con el objetivo de reconocer el trabajo que el investigador ha hecho, la inventiva, la iniciativa y esfuerzo que ha puesto para llegar a estas soluciones. También, con la lógica de que en un futuro se puedan comercializar tecnologías con registro o posiblemente con patentes. El último paso de este trabajo consiste en iniciar el proceso de difusión, es decir, dar a conocer a los agricultores, productores y técnicos estas nuevas tecnologías  desarrolladas.

¿Cómo se articula con el IEPI para el registro de nuevas soluciones?

El INIAP está identificando todos sus activos intelectuales que puedan ser registrados, tales como: obtenciones vegetales, publicaciones e incluso algunos sistemas informáticos que se han desarrollado. También está incursionando en el tema de patentes. Tiene desarrollado, por ejemplo, una barra hipercalórica para las expediciones que las misiones ecuatorianas están haciendo a la Antártida.

Una vez identificados estos activos intelectuales, se aprovecha un convenio que el INIAP tiene con el IEPI para registrarlos. La oficina de transferencia tecnológica es la encargada de realizar el trámite con el IEPI. Obviamente, toda la información parte de los obtentores e investigadores, que son quienes llenan los formularios y proporcionan la información primaria, nosotros nos encargamos del proceso administrativo.

¿Por qué el INIAP ha empezado a registrar sus investigaciones?

La propiedad intelectual es un tema nuevo para el INIAP. Es un reto muy fuerte que se ha planteado la actual administración del doctor Juan Manuel Domínguez. Él quiere que se visualice lo que se hace en obtención de variedades, desarrollo de tecnologías, controles biológicos y otros adelantos que muchas veces no se conocen y que quedan únicamente como un informe sobre el resultado de una investigación, a pesar de que pueden tener un horizonte comercial muy interesante.

Por ejemplo, hay un controlador biológico para una enfermedad del cacao, que si se lo utiliza adecuadamente puede revolucionar el uso de plaguicidas para este cultivo. La propiedad intelectual puede ser una muy buena herramienta para potenciar las investigaciones que el INIAP realiza.

La idea es que a futuro el registro de los resultados de las investigaciones se convierta en una práctica normal del Instituto y sea parte de su gestión. Toda invención que se genere debe ser registrada, no solamente por fines comerciales de una licencia o de una regalía, sino para el reconocimiento del trabajo investigativo que se hace en el Instituto.

El objetivo es que las empresas privadas puedan aprovechar las tecnologías del INIAP de una manera óptima. Que ingresen al mercado multiplicando nuestros materiales. Obviamente, con un reconocimiento al trabajo de investigación realizado por el INIAP y con un estímulo financiero que aporte a nuevos procesos de investigación y genere incentivos para los investigadores que estuvieron detrás de estas invenciones.

¿Hace cuánto tiempo el INIAP registra los resultados de sus investigaciones?

En sus 55 años de historia institucional, el INIAP ha liberado una cantidad considerable de materiales vegetales, híbridos y clones. Tiene muchísima experiencia también en  tecnologías, protocolos, procedimientos y controladores biológicos. Lastimosamente, nada de lo desarrollado fue registrado ni protegido. Recién hace aproximadamente 18 meses el Instituto creó una unidad de propiedad intelectual, dentro de la Dirección de transferencia de tecnología, con el fin de proteger sus activos intelectuales, como lo hacen otros institutos y universidades a nivel mundial.

¿Cómo administrarán los recursos económicos recaudados por regalías?

La primera experiencia es la de la mora sin espinas, la mora andina, que es un material genético que se obtuvo hace aproximadamente dos años, el cual está registrado en el IEPI. En la actualidad existe un contrato de multiplicación del material con pago de regalías. Cerca del 70 por ciento de los recursos que se recauden va a ser reinvertido en nuevos procesos de investigación. El 30 por ciento restante va a ser distribuido entre los obtentores de esta variedad, las personas que estuvieron detrás de la invención.

Se quiere así generar estímulos para el desarrollo de tecnologías con fines comerciales, con aptitudes de mercado que respondan en verdad a las necesidades de las cadenas productivas.

¿Cuáles son los resultados logrados durante estos últimos 18 meses?

Al momento se han registrado 14 obtenciones vegetales que ha desarrollado el INIAP en los últimos dos años. Hay variedades protegidas en mora, fréjol, híbridos en maíz duro, clones de cacao. También se han registrado15 publicaciones producidas en el mismo lapso, las cuales ya están protegidas por la Cámara del Libro y el IEPI. Además, nos encontramos en  proceso de patentar la barra hipercalórica.

Enlace para ver esta noticia: La Propiedad Intelectual, herramienta para potenciar el trabajo del INIAP
 


 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ir al contenido