La importancia de la protección a los derechos de la propiedad industrial en el trabajo de uno de los grandes inventores del mundo
Quito, 10 de enero de 2016
Boletín de Prensa No. 002
El pasado 7 de enero se cumplió el 73 aniversario de la muerte de uno de los grandes inventores de la época. Se le atribuye la mayor contribución a la ciencia de la electricidad, sobre todo por sus numerosas invenciones en el campo del electromagnetismo, desarrolladas a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Nicola Tesla tuvo origen serbio, nacido en Smiljan (actual Croacia) y posteriormente nacionalizado en Estados Unidos, contribuyó con su trabajo investigativo y teórico sobre la corriente alterna (CA) al surgimiento de la Segunda Revolución Industrial. Entre sus aportes que lo colocaron como uno de los más grandes ingenieros electricistas de los Estados Unidos de América, destacan el motor de corriente alterna, la bobina de dos filamentos, el sistema de distribución de corriente alterna polifásico, los elementos fundamentales de sistemas de comunicación inalámbrica (prioridad legal de la invención de la radio), 4 métodos para incrementar la intensidad de oscilaciones eléctricas, entre otros.
Sin embargo, durante el trabajo inicial desarrollado por Tesla en Estados Unidos rivalizaba con la de cualquier inventor o científico de la historia o la cultura popular, por lo que fue considerado un “científico loco”.
Tiempo después, tras su demostración de la comunicación inalámbrica por medio de ondas de radio obtuvo su victoria en la ‘guerra de las corrientes’ con quien fue su oponente teórico con la corriente continua (Thomas Edison). La batalla técnica, comercial y legal que se había iniciado desde que Edison rechazó las propuestas de Tesla cuando trabajaba para él. Sin embargo, en 1917, recibió el premio ‘Medalla Edison’ como una distinción concedida por un comité conformado por amigos de Edison.
El 1 de mayo de 1888, Tesla ya había ganado varias patentes relacionadas con el motor de inducción y el sistema polifásico, y el rechazo provocó que el inventor ponga al servicio de la empresa Westinghouse Electrics la tecnología de corriente alterna, lo que le permitió ganar la histórica ‘guerra de las corrientes’ a pesar de los intentos de Edison de minusvalorar sus teorías sembrando el miedo en los ciudadanos al “demostrar” el peligro de las descargas eléctricas, realizando exposiciones de electrocución en animales.
Nicola Tesla obtuvo alrededor de 300 patentes para sus inventos en todo el mundo, que han sido verificadas en 26 países. Sin embargo, varias de sus patentes permanecieron ocultas en archivos; y, algunos de los dispositivos generados por el inventor no fueron puestos bajo la protección de derechos de propiedad industrial. Además, la cesión de las patentes de Tesla a Westinghouse le permitió a la empresa continuar con el desarrollo de la tecnología y grandes réditos económicos fruto de su explotación, no obstante al ceder sus derechos perdió la oportunidad de acceder a estos beneficios económicos.
Foto: Patente número 100 ‘Turbina de Tesla’, tomado de wikimedia.org
Informes recientes de patentes de Tesla incluyen las patentes US5548819 (Métodos y aparatos para la comunicación de información), US5908444 (Generador electromagnético de complejos de frecuencia por pulsos y métodos de uso), US4869598 (Película delgada superconductiva, de capa múltiple sensitiva a la temperatura), y US6104107 (Métodos y aparatos para trasmisión eléctrica por una sola línea).
Actualmente, la electricidad constituye una tecnología de uso diario para la humanidad y el trabajo desarrollado por Tesla durante gran parte de su vida permite que los avances tecnológicos brinden cada vez mejor beneficios. Podría considerarse al inventor como “adelantado para la época”, pues en aquel entonces Tesla tenía una visión de desarrollo tecnológico de grandes alcances a la mayor parte de los ciudadanos. Es así, que por ejemplo, el principio de sus trabajos los tenemos en la actual red de Internet mundial.
A la edad de 75 años, Tesla fue reconocido en la revista Times bajo el título “Todo el mundo es su central eléctrica” y al mismo tiempo recibía elogios de uno de los más grandes científicos del mundo, Albert Einstein, quien dedicó las palabras: «A un eminente pionero en el desarrollo de las corrientes de alta frecuencia […] Le felicito por los grandes éxitos de su carrera». En este mismo año, sucedió la muerte de Thomas Edison y al siguiente día la destacada revista estadounidense publicó las declaraciones de Tesla.
Tesla dedicó sus últimos años a la investigación de lo que llamaba “el rayo de la muerte”, un arma para lograr la paz mundial. Finalmente, el 7 de enero de 1943 muere en una habitación de un hotel en Nueva York con escasos recursos económicos.
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