Quito, 17 de marzo 2017

Nota Cultural 011

Los versos de Sophía Yánez nos atrapan en cada uno de sus poemas, poco a poco vamos comprendiendo su pasión para trasmitir ideas y emociones. Influenciada por el escritor peruano Edagar O’hara, empezó desde muy temprana edad su amor por la  poesía.

Su primera obra ‘Línea Girasolar’ fue lanzada por la Editorial Esqueletra en el año 2000; libro que resultó de la sinergia que gira alrededor del color amarillo, los cuadros de Van Gogh y los poemas haiku japoneses. En los textos de Yánez resalta el trabajo investigativo previo; su segundo trabajo ‘Tingshas’ explora sus raíces indígenas. La obra del 2014 ‘En Shanghái, los pájaros son mutuos’ prevalece el amor y los impulsos cuenta la poetisa.

Una de sus obras que más ha calado, es una introspección a su crecimiento y educación en Perú, ‘Poemas de paso peruano’ donde indaga el desarrollo de su identidad como mujer, así como también la educación en el país vecino. En este libro Yánez habla sobre los elementos incásicos que influenciaron en su desarrollo; este poemario fue publicado por “El ángel editor” en el 2015. La última entrega de Sophía Yánez es ‘En el puerto de Hayu-Marka’, donde vuelve a explorar su identidad andina, trazando una línea imaginaria que se remonta hasta el lugar donde nació.

‘La identidad se trata de ir a las raíces metafísicas del ser, me pregunto constantemente ¿quién soy dentro de este envase en el que me ha tocado estar?. Simplemente escucho las diferentes partes del ser y trato de integrarlas; creo que dentro del mundo occidental estamos fragmentados, se debe plantear preguntas para ir sanando nuestra visión como seres humanos, entonces esa es la gran pregunta ¿Quién soy?, y de ahí podríamos preguntarnos si es que en mi poesía hay un trabajo o una mirada fundamentalmente antropológica y cultural’ cuenta Sophía hablando del lanzamiento de su último poemario.

Nos compartió su interesante visión acerca de lo que significa ser mujer, escritora y poeta en Latinoamérica; a veces se siente fuera de este mundo, pues el desarrollo de la sociedad es demasiado acelerado para su tiempo de exploración. El rol que desempeña la mujer en la escritura actual, según Yánez, es fuertemente influenciado por el trabajo de poetisas como Gabriela Mistral, Delmira Agustini, Alfonsina Storni. Para Yánez, estas mujeres de manera sutil  fueron entrando en las mentes de las poetisas actuales,  ayudaron a mantener en alto el trabajo poético femenino en Latinoamérica.

El trabajo de Yánez es muy emotivo, sus poemas llenan al lector de las percepciones de la autora; también marcan un ejemplo de la importancia de la introspección y el entendimiento de la producción de un texto. Su premisa es hacer poesía como un trabajo intenso para que la sociedad actual vuelva a consumirla y para que cualquier producto escrito sea considerado como un pedazo del alma del autor.

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